Relativo a la exigencia laboral que se le pide en la oficina a los que no se cepillan los dientes regularmente o son militantes del movimiento antidesodorante, todo esto por considerarlo antiecológico y pro juicio final. La distancia social se promueve actualmente en vista de que el COVID-19 ha obligado a vernos de lejitos, saludarnos de más lejos y hacer filas para las compras cotidianas con al menos un metro de distancia entre cuerpos humanos, sean fitness, perfumados, cíborgs, alienígenas ancestrales o reptilianos.